Introducción
En el territorio que hoy conocemos como España, existieron diversos pueblos originarios que se caracterizaban por su forma de vida nómada o sedentaria. En este artículo, hablaremos sobre las diferencias entre ambos grupos y cómo influyó su estilo de vida en su cultura y sociedad. Pueblos Originarios Nómades
Los pueblos originarios nómades eran aquellos que no tenían un lugar fijo donde establecerse. Se movían constantemente en busca de alimento y agua para su supervivencia. En España, algunos de estos pueblos fueron los íberos, los celtas y los tartessos. Los íberos eran un pueblo guerrero que habitaba en la península ibérica en la Edad de Hierro. Se caracterizaban por su habilidad en la metalurgia y la cerámica, así como por su organización social basada en clanes y tribus. Los celtas, por su parte, llegaron a España en el siglo VI a.C. y se establecieron en Galicia y Asturias. Eran expertos en la agricultura y la ganadería, y se dedicaban también a la minería y la metalurgia. Los tartessos, por último, eran un pueblo que habitaba en el sur de España en la Edad de Bronce. Eran comerciantes y se dedicaban a la extracción y comercio de metales preciosos. Pueblos Originarios Sedentarios
Los pueblos originarios sedentarios, por otro lado, se establecían en un lugar fijo y desarrollaban su vida alrededor de la agricultura y la ganadería. En España, algunos de estos pueblos fueron los romanos, los visigodos y los árabes. Los romanos llegaron a la península ibérica en el siglo III a.C. y fundaron ciudades como Tarraco, Córdoba y Mérida. Se dedicaban principalmente a la agricultura y la minería, y su legado cultural ha dejado una huella imborrable en la historia de España. Los visigodos, por su parte, llegaron a España en el siglo V d.C. y se establecieron en la Meseta Central. Eran un pueblo guerrero y se dedicaban principalmente a la agricultura y la ganadería. Los árabes, finalmente, llegaron a España en el siglo VIII y fundaron un reino que duró hasta el siglo XV. Se establecieron principalmente en Andalucía y se dedicaban a la agricultura, la ganadería y el comercio. Conclusión
Como hemos visto, los pueblos originarios nómades y sedentarios tenían formas de vida muy diferentes, pero todas ellas contribuyeron a la rica historia y cultura de España. Conocer la historia de estos pueblos es esencial para comprender la sociedad y la cultura españolas de hoy en día.
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